«Los gases renovables son un vector energético muy versátil, que tanto puede cubrir demandas energéticas difíciles de electrificar, como usos industriales térmicos, o ser almacenados para transformarse en electricidad cuando la oferta eléctrica renovable es baja.»

 

miciudadatodogas entrevista a Xavier Flotats , Doctor Ingeniero Industrial por la Universidad Politécnica de Cataluña

 ¿Qué potencial considera que tiene actualmente España en la producción de gases renovables como el biometano y el hidrógeno verde??

En el libro “Los gases renovables, un vector energético emergente” evaluamos, a partir de diferentes estudios, que el potencial accesible de biometano a partir de biogás de residuos y subproductos orgánicos biodegradables podría estar en el intervalo 20.1 – 34.5 TWh/año, con un máximo teórico de 35.8 – 53.3 TWh/año, y el potencial de biometano a partir de syngas de residuos agrícolas y forestales en el intervalo 27.9 – 38.2 TWh/año. Un estudio de la Dirección General de Energía de la Comisión Europea, publicado en 2020, evaluaba el potencial técnico (accesible) para España en 35 TWh/año procedente de biogás y 33 TWh/año de residuos, bastante coherente con nuestros resultados, y añadía además 55 TWh/año procedente de cultivos energéticos, lo que suma 123 TWh/año, valor que nos situaría en el tercer país europeo con mayor potencial.

En un estudio publicado en 2021 por la asociación “Gas for climate”, evaluaban el potencial para España en unos 145 TWh, de los cuales 20 TWh/h a partir de syngas, lo cual nos situaría como el segundo país europeo en potencial.

Hay cierta coherencia en valores de diferentes estudios, menos en el tema de los cultivos energéticos. De todas formas, el detalle de si podemos llegar a 70 o a 120 no lo creo relevante ahora, cuando no tenemos operativo ni 5 TWh/año, lo importante es saber que tenemos camino por recorrer y para aprender.

Sobre el hidrógeno verde, en el libro estimamos un potencial accesible en el intervalo 13 – 23 TWh/año y un valor máximo de 45 – 54 TWh/año en el horizonte 2050, suponiendo que se consiguen los objetivos de electricidad renovable, que el H2 se combina con CO2 de biogás para producir biometano a inyectar en la red y que este valor sea coherente con previsible energía eólica y solar producida en horas con baja demanda eléctrica. Podría haber otras hipótesis de cálculo, pero lo mejor sería planificar la demanda de H2 en el tiempo y con ella planificar su producción, con o sin transformación a biometano o metano sintético.

 ¿Qué piensa de los cultivos energéticos? 

Que son una alternativa necesaria, pero hemos de tener en cuenta que solamente podemos llegar a tener productividades comparables a algunos países europeos en tierras de regadío, y que en estas ha de tener prioridad, a mi parecer, la producción alimentaria. Habrá que encontrar el equilibrio; este es un debate que todavía está abierto y en el creo que deberemos encontrar nuestro propio camino, adaptado a nuestros suelos y condiciones climáticas.

¿Qué opina de las medidas adoptadas por el gobierno español en el sector de los gases renovables?

Hasta ahora han sido tímidas y tardías, y la Hoja de ruta del biogás quedó desfasada a las pocas semanas de publicarse, ante el Plan RePowerEU que pedía un esfuerzo superior. Por ejemplo, las garantías de origen empiezan a tomar forma, pero no está previsto que las tengamos hasta la primavera.

Hace unos días, en la inauguración del II Salón del Gas Renovable y el XV Congreso Internacional de Bioenergía, en Valladolid, la secretaria de Estado de Energía anunció su compromiso con el sector de establecer un nuevo objetivo de biometano de 30 TWh/año para 2030. Esto está muy bien, como respuesta a la euforia y expectativas que vivimos aquellos días, pero hemos de tener en cuenta que estas expectativas son debidas al precio actual del gas natural, pero no tenemos en el país ni un plan sólido ni los incentivos o las facilidades administrativas para cumplirlo, a fin de no depender de coyunturas de mercado.

Quiero decir que, si mañana hay un cambio de gobierno en Rusia, con finalización de la guerra de Ucrania, y este empieza a vender gas natural a Europa a un precio asequible, tal vez muchas expectativas inversoras actuales se deshincharán, cuando nuestro objetivo para 2050, el del todo renovable, continuaría siendo el mismo. Por esto insisto en que necesitamos un plan y un programa de acción sólido, que no dependa de vaivenes que no controlamos.

¿Cuáles son las principales barreras existentes para el despliegue efectivo del biogás en España?

La primera barrera creo que es que nuestros gobernantes, y la administración en general, se los crean, y que piloten un plan de acción consensuado entre los sectores del gas, de la electricidad, de los residuos, de las aguas residuales, de la agricultura y la ganadería, como mínimo, con visión, objetivos e hitos a cumplir. La segunda es la complejidad de los trámites administrativos, que ralentizan el desarrollo de los proyectos. Y la tercera la condición de fin de residuo, que limita las materias primas a utilizar y la valorización de los fertilizantes obtenidos del digerido. Esto último requiere la aportación de agrónomos, especialistas en fertilización y la complicidad de empresas de este ámbito para reducir al mínimo el uso de fertilizantes nitrogenados de síntesis, tema que debería formar parte del plan de acción del biogás que he mencionado. Existe el reglamento 2019/1009 de la UE sobre productos fertilizantes EU, pero creo que es mejorable.

¿Es necesario un mayor conocimiento, concienciación social y empresarial del sector de los gases renovables? ¿Qué acciones podrían ayudar en este cometido?

Está claro que es necesario un mayor conocimiento y formación. Una barrera con la que se encuentran muchas empresas de ingeniería es la de encontrar ingenieros con formación y experiencia en este ámbito y, por tanto, cursos de especialización ofrecidos por universidades a graduados o masters en ingeniería podría ser una acción relevante.

A mi entender, la concienciación empresarial va a depender de que haya un plan y un mercado sólidos a largo plazo, para darles confianza. Y cada vez más aparecen buenas noticias sobre el biogás y el biometano en los medios de comunicación, que creo que ayuda a esta concienciación social.

¿Considera que la Estrategia Española de Economía Circular es adecuada para impulsar la valorización del residuo y la generación de biometano?

En concepto sí, pero son los reglamentos y las leyes específicas los que abren o cierran puertas. Por ejemplo, la Ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados para una economía circular, en la que se menciona el compostaje y la digestión anaerobia para la estabilización y valorización de residuos orgánicos, no apuesta por el biogás y el biometano priorizando la digestión anaerobia, y se deja la decisión a quien corresponda, lo que a mi entender significa dejarlo en manos de la coyuntura del mercado.

El principio de precaución está en el alma de toda ley de residuos, lo cual es correcto, pero todavía hemos de hacer un cambio de visión, de manera que no haya que tratar residuos, que es indicativo de acciones para reducir su impacto ambiental, sino que se deben procesar unas materias primas, que antes denominábamos residuos, para producir unos productos nuevos. Si a estos productos se les requiere, por ejemplo, que no contengan microorganismos patógenos, la cadena de producción deberá adoptar la estrategia tecnológica que corresponda. Por ejemplo, el reglamento EU 2019/1009, que adopta la Ley 7/2022, establece los criterios de condición de fin de residuos para aquellos que se utilicen para la producción de fertilizantes a partir de, entre otros, efluentes de digestión anaerobia, y deja fuera a los lodos de depuradoras, urbanas o industriales, con lo cual cualquier co-digestión con alguno de estos lodos, independientemente del tipo de industria de la depuradora industrial, invalida la opción de producir fertilizantes registrables a partir del digerido. Creo que habría que incidir más en la calidad y características del producto de la cadena de procesado, en lugar de generalizar sobre el origen del residuo.

¿Cómo contribuyen los gases renovables en el desarrollo de los objetivos de descarbonización, marcados por la Unión Europea?

Los gases renovables son un vector energético muy versátil, que tanto puede cubrir demandas energéticas difíciles de electrificar, como hornos u otros usos industriales térmicos, como ser almacenados para transformarse en electricidad cuando la oferta eléctrica renovable es baja. También son materia prima para la industria química, para substituir materias de origen fósil, como el hidrógeno verde para la producción de amoníaco, en lugar de gas natural; o el syngas para la producción de combustibles sintéticos u otros compuestos químicos. Hay que recordar que la transición energética no sólo compete al mundo de la energía, también al mundo de los bienes de consumo que hasta ahora se fabricaban a partir del petróleo o del gas natural.