El Consorcio de Transporte Metropolitano del Área de Granada ha puesto en marcha, de la mano de Repsol, la primera prueba de demostración de los combustibles renovables en un autobús de la empresa Alsa. La consejera de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda, Rocío Díaz, asistió el pasado 15 de diciembre al primer trayecto en la línea que conecta Granada con Atarfe. Durante cuatro meses, este autobús recorrerá, 350 kilómetros al día entre los dos municipios granadinos utilizando un diésel 100% renovable.

Rocío Díaz ha agradecido el esfuerzo de Repsol y Alsa por “este primer paso que nos ayudará en el propósito del Gobierno andaluz de reducir los niveles de contaminación de Granada y su área metropolitana”. “Es una iniciativa pionera que sitúa a Granada y a nuestra área metropolitana como referente en la apuesta por un transporte público más sostenible”, ha manifestado la consejera, que ha señalado que, con esta primera prueba, se estima que se evitará la emisión de 2,02 kg de CO2 por litro consumido.

La puesta en marcha de este autobús con combustibles 100% renovables forma parte del protocolo de colaboración que suscribieron en marzo el Consorcio de Transporte y Repsol y se enmarca en la Revolución Verde del Gobierno Andaluz, que a medio plazo confía en extender al resto de consorcios metropolitanos andaluces para contribuir al uso de vehículos más eficientes y que consuman energía más limpia.

Con esta iniciativa, los autobuses del Consorcio de Transporte Metropolitano del Área de Granada servirán de banco de pruebas para promover el empleo de soluciones sostenibles. Para suministrar el producto, Repsol ha instalado un tanque de 2.000 litros de combustible renovable en las instalaciones de Alsa.

Los combustibles renovables son los que se producen a partir de materias primas renovables. Son cero emisiones netas y, por tanto, garantizan una contribución efectiva a la lucha contra el cambio climático. Concretamente, los biocombustibles avanzados se fabrican a partir de residuos orgánicos como aceites vegetales usados, residuos agrícolas y forestales que no se destinan a la alimentación, por lo que fomentan la economía circular.  Este combustible es una solución para todos los segmentos de la movilidad, desde aviones, barcos, camiones, autobuses o coches sin necesidad de hacer modificaciones en el motor ni en las infraestructuras de distribución y de repostaje ya existentes.