Sevilla prevé incorporar su primer autobús a hidrógeno verde en 2022. Tussam, empresa de transportes urbanos de Sevilla, participó el pasado jueves en las jornadas organizadas por la Federación de Empresarios del Metal Fedeme sobre el futuro del hidrógeno en el ámbito de la movilidad. Manuel Rosendo, jefe de mantenimiento de la empresa, manifestó que el próximo año Sevilla podría contar con su primer autobús de hidrógeno verde en la línea que cubre Santa Justa y el centro, mientras llega el antiguo tranvía hasta el casco antiguo.

Tussam opera en la actualidad en Sevilla una flota de aproximadamente 400 autobuses de los cuales 300 de ellos funcionan con Gas Natural Comprimido. La apuesta por el hidrógeno verde como gas renovable significa un paso más en el impulso al desarrollo sostenible de la movilidad en la ciudad de Sevilla, tal y como nos contaba José Luis David Guevara, delegado del área de Transición Ecológica de la ciudad en una entrevista.

Los gases renovables, tanto el biometano como el hidrógeno verde, son combustibles sostenibles apoyados por España y Europa para el desarrollo de la movilidad descarbonizada. El hidrógeno verde se obtiene por electrólisis (separación de la molécula del agua con electricidad renovable) y el biometano se genera a partir del tratamiento de los residuos orgánicos. 

Respecto a la tecnología eléctrica para el transporte público urbano, el jefe de mantenimiento de Tussam indicó que «hasta ahora no había vehículos con baterías que dieran una autonomía superior a los 200 kilómetros de recorrido, más aún para una ciudad como Sevilla donde al menos 5 meses al año llevamos el aire acondicionado encendido».

La empresa municipal mantiene que el gas natural sigue siendo un combustible alternativo que continuará ofreciendo grandes ventajas hasta dentro de varios años cuando se alcance una movilidad “cero emisiones”.

El gas natural vehicular es hoy una alternativa real y competitiva que contribuye a la mejora de la calidad del aire, ya que reduce en más de un 85 por ciento las emisiones de óxidos de nitrógeno y casi el cien por cien de partículas sólidas, los principales contaminantes que afectan a la salud. Además, puede generar un 20 por ciento menos de emisiones de CO2 que el diésel y, si se utiliza el biometano, el impacto medioambiental puede reducirse hasta en un cien por cien.