Recientemente la Fundación Naturgy ha publicado el libro “Los gases renovables. Un vector energético emergente”, elaborado por Xavier Flotats y Álvaro Feliu.

“El potencial energético disponible de los gases renovables en España está comprendido entre 61 y 95 TWh/año, pudiendo llegar a un máximo de 201-228 TWh/año. Esto supone entre un 25 % y un 65 % de la demanda actual de gas natural  Respecto al biogás, su gran importancia se asocia a su capacidad para integrar la economía circular y la bioeconomía, incorporando la gestión de residuos en la producción de energía renovable”. 

miciudadatodogas entrevista a Xavier Flotats, Profesor Emérito de Ingeniería Ambiental de la Universidad Politécnica de Cataluña.

¿La agenda 2030 de la UE y el Pacto Verde Europeo consideran al gas renovable como un vector importante para la descarbonización de la economía?

La Agenda 2030 de las Naciones Unidas, que la UE ha hecho suya, y el Green Deal (Pacto Verde Europeo) son visiones conceptuales del horizonte hacia el que hemos de dirigirnos, como humanidad y como miembros de un colectivo, como el de la UE. A este horizonte deseable, de cero emisiones contaminantes, de una sociedad más justa y equitativa en la que se erradique la pobreza y se proteja la biodiversidad, sólo se puede llegar con un cambio de valores humanos y de modelo económico. Así, en el marco del Pacto Verde se promueve la economía circular y diversas directivas y regulaciones. Son en el detalle de estas regulaciones legales donde hemos de leer qué es importante en cada momento en este camino que la UE ha emprendido.

En el Pacto Verde se menciona la necesidad de elaborar una estrategia para reducir las emisiones de metano y,  de hecho, en este momento se está realizando una consulta pública para crear la estrategia europea del metano, que deberá incluir tanto métodos para reducir emisiones como para aprovecharlas energéticamente. También la directiva 2001 de 2018 sobre fomento de las energías renovables, en la que aparecen las palabras biogás 106 veces y biometano 43 veces, destaca la importancia que van a tener los gases renovables para descarbonizar el trasporte y la industria.

¿Cuál es el potencial que tiene España en la producción de gases renovables como el biometano y el hidrogeno verde?

El potencial energético disponible de los gases renovables en España está comprendido entre 61 y 95 TWh/año, pudiendo llegar a un máximo de 201-228 TWh/año. Esto supone entre un 25 % y un 65 % de la demanda actual de gas natural. Estos potenciales energéticos están compuestos aproximadamente de un 35 % procedente del biogás de residuos biodegradables, un 42 % de gas de síntesis de biomasa forestal y agrícola, y un 23 % de hidrógeno producido a partir de excedentes de energía eléctrica renovable, a grandes rasgos y sin entrar en detalles. En estos momentos, con datos de 2018, la producción de energía primaria del biogás en España es de 3,1 TWh.

El valor de estos potenciales, que he indicado como intervalos para tener en cuenta el grado de incertidumbre de este tipo de estudios, sólo indica que tenemos un largo y amplio camino por recorrer todavía, pero lo importante es el potencial realizable, esto es, aquel que puede conseguirse con programas y planes de actuación concretos. Esto último es lo que nos falta todavía

¿Si finalmente España, desarrolla eficazmente el potencial de los gases renovables, ¿cómo contribuiría esto al proceso de descarbonización?

Aprovechar estos potenciales implica un ahorro de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) comprendido entre 12,3-17,5 Mt CO₂ eq/año y 35,9-39,1 Mt CO₂ eq/año, para los escenarios de potencial disponible y máximo, respectivamente. Los valores de ahorro de emisiones GEI son significativos si se tiene en cuenta como referencia que la absorción de CO₂ por parte de toda la superficie forestal de España fue de 34,2 Mt CO₂ eq en el año 2017.

Al ahorro de emisiones GEI, o la contribución a la descarbonización de la economía, depende del tipo de gas primario utilizado (biogás, gas de síntesis o hidrógeno renovable), del origen de este gas y de la fuente de energía fósil que se substituye. Los valores más elevados de ahorro de emisiones de GEI se encuentran siempre con biogás producido a partir de deyecciones ganaderas, ya que éstas emiten metano a la atmósfera con los métodos de gestión actuales. Así, evitar la emisión actual y sustituir un combustible fósil con el metano producido permite ahorrar las emisiones actuales y las que se producirían con la fuente fósil. Creo que deberían ser prioritarias acciones en el sector ganadero y, en general, en todo el sector de los residuos orgánicos. Esto implica modificar modelos de gestión actuales, que puede incluir modificar el diseño de granjas. Como se puede comprender, para el éxito de los proyectos no tan solo han de intervenir especialistas en ingeniería y energía, si no también especialistas en muchos otros sectores de actividad, como la ganadería. Implica planes de acción muy transversales, los cuales no son simples, pero he aquí el reto.

¿Considera que la Estrategia Española de Economía Circular fomenta adecuadamente el desarrollo de una gestión eficiente del residuo y su valorización en forma de biometano?

La estrategia es conceptualmente correcta, pero a mi entender sólo es esto, unas líneas estratégicas que deben concretarse con acciones legislativas y objetivos temporales concretos, y afianzarse con implantaciones específicas que sirvan de modelo a otras.

¿Están desarrollando las administraciones públicas un marco regulatorio estable que favorezca las inversiones necesarias para que España alcance el nivel que ya tienen otros países europeos, especialmente en lo que respecta al biometano?

Es una pregunta sobre futuribles, y aquí desearía mostrar optimismo. Este año se han lanzado procesos de consulta pública sobre el hidrógeno renovable, sobre biogás, sobre estrategia de descarbonización a largo plazo, creación del grupo de trabajo de impulso del biometano, la ley de transición energética y cambio climático ha entrado en las Cortes Generales para su discusión final y aprobación, y un largo etcétera de acciones que indican que desde el Ministerio de Transición Ecológica se está trabajando mucho y bien. Creo que finalmente tendremos este esperado marco regulatorio.

Llevamos un retraso de muchos años respecto a países de nuestro entorno europeo, muchos de los cuales empezaron a activar políticas de fomento del biogás y biometano antes de que existieran el Pacto Verde o la apuesta común por la economía circular, como los certificados de origen de los gases renovables, que contempla la directiva europea de fomento de las energías renovables y que en España todavía no existen. Ahora se nos hecha el tiempo encima, por la presión de las directivas y acuerdos que emanan de la política común europea, así que creo que nos podemos encontrar con los problemas que implica la falta de madurez de años de experiencia.

En este sentido, creo importante que las empresas, tanto las gasistas como las de los sectores que producen y gestionan las materias primas (deyecciones ganaderas, residuos orgánicos, residuos forestales, etc.) no esperen marcos regulatorios estables para actuar, y que empiecen a elaborar su nuevo enfoque hacia la sostenibilidad y los planes de acción correspondientes, porque estamos en un proceso de transición al modelo de economía circular, transición que implica adoptar ideas nuevas mientras se convive con prácticas antiguas, por lo cual habrá que convivir con paradojas, contradicciones e incertidumbres. Lo importante es que esta regulación, que esperamos, contemple objetivos a corto, medio y largo plazo, y mecanismos de revisión permanente de los avances ante errores y problemas que irán surgiendo.

¿Algún ejemplo de estos problemas?

En el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), la medida 1.8 la dedica a la promoción de los gases renovables, que aunque es algo vaga indica que son acciones que se emprenderán, en cambio la medida 1.21 de reducción de emisiones GEI en el sector agrícola y ganadero propone cubrir balsas de purines para reducir las emisiones de amoníaco y olores, sin ninguna referencia a la necesidad de recuperar y utilizar el metano, acumulado bajo la cubierta,  para su uso energético como gas renovable, con el fin de que haya una reducción efectiva de las emisiones de metano, el GEI más importante en este sector.