«La versatilidad del hidrógeno renovable hace que sea la única solución aplicable a todos los sectores: el energético, el de transporte, el industrial y el residencial”; lo que lo convierte en un actor clave en la descarbonización.

 

miciudadatodogas entrevista a Javier Brey, presidente de la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2)

Dentro del actual escenario de Transición Energética, ¿por qué decantarse por la tecnología de hidrógeno verde? ¿Qué ventajas aporta? e

El hidrógeno verde contribuye a la descarbonización, que se nos pide en la Agenda 2030 de Naciones Unidas, en el Green Deal europeo y en los numerosos planes de descarbonización que hay presentados por distintas regiones y países para mediados del siglo XXI. Por ejemplo, China para 2060, Chile para 2050, California para 2040.

Para alcanzar estos objetivos, debemos descarbonizar todos los sectores: el transporte, la industria, el residencial y la energía. Y hasta ahora las soluciones han sido parciales. Por ejemplo, para resolver la energía contamos con las renovables eléctricas, como la fotovoltaica, la eólica, etc; para resolver el tema del transporte disponemos de las baterías, que van a ser de gran ayuda.

La primera gran ventaja en relación con otros combustibles es que el hidrógeno es una solución global e integral, que va a permitir descarbonizar todos los sectores. En el sector industrial, el hidrógeno produce calor de alta temperatura, sustituyendo al gas natural y a otros combustibles; además, de ser un componente que se utiliza para producir otros productos químicos, como amoniaco, metanol… Igualmente, el hidrógeno podrá sustituir al gas natural en el sector residencial.

Si hablamos del sector de la energía, el hidrógeno permite almacenar la energía en grandes cantidades, es decir podríamos tener todas las renovables que quisiésemos y nunca habría exceso de las mismas; cuando tuviésemos un exceso de solar, eólica… podríamos producir hidrógeno, almacenarlo y utilizarlo cuando no se disponga de ese recurso energético; o cuando la demanda sea superior a la oferta renovable.

En cuanto al transporte, evidentemente vamos a tener vehículos pequeños, automóviles de batería, patinetes eléctricos y bicicletas. Pero en los grandes vehículos como automóviles de mayor tamaño, autobuses, camiones, buques, submarinos, portaviones, aviones, el hidrógeno es la solución.

La segunda ventaja del hidrógeno verde o hidrógeno renovable es que puede ser producido localmente. Es decir, podemos hablar de una producción local de combustible. Hablamos de sustituir las importaciones de los combustibles fósiles, de abandonar las importaciones de carbón, gas natural y petróleo y producir hidrógeno local, hidrógeno doméstico. Y esto, tiene dos ventajas; por un lado, la creación de riqueza, de puestos de trabajo de industria local y por otro lado la seguridad del suministro ya que no dependeremos de las importaciones de otros países.

El hidrógeno verde está de moda y se considera como la energía del futuro, ¿qué opinión tiene al respecto?

El hidrógeno no es una energía del futuro, es una energía del presente. Actualmente, podemos comprar coches de hidrógeno, y existen sistemas de producción de hidrógeno por electrólisis desde el año 1900; hace 120 años que se conoce la electrolisis industrial para la producción del hidrógeno. No es un vector nuevo. Toda la carrera espacial se fundamentó en el hidrógeno como combustible tanto para producir energía eléctrica en el Apolo, como para desplazar el cohete.

Además, hay dos indicadores claros; aparte de la madurez tecnológica a la que nos hemos referido, otro indicador es el empleo. Actualmente el hidrogeno tiene más puestos de trabajo ofertados, tanto en España como en Europa que los combustibles fósiles. Hay el doble de ofertas de empleo en Europa y 20 veces más en España.

El hidrógeno, es una opción por la que están apostando muchas empresas. La Asociación Española del Hidrógeno ha multiplicado su número de socios por 2,5 en los últimos 12 meses, y en la actualidad cuenta con 400 socios, lo que muestra una idea del interés que hay actualmente por el hidrógeno.

¿Qué actuaciones considera que debería abordar España para ser el líder mundial del hidrógeno renovable?

España tienen tres grandes oportunidades que puede aprovechar:

La primera es producir una gran cantidad de hidrógeno renovable a un precio muy competitivo. El enorme potencial de renovables que tenemos hace que podamos producir hidrógeno en gran cantidad y a un bajo coste. Lo cual lleva a su vez a que España va a poder autoabastecerse de hidrógeno. Es decir, tenemos un potencial renovable que nos permite producir hidrogeno suficiente como para satisfacer las necesidades de nuestro transporte, energía, industria y del sector residencial, evitando las importaciones de cualquier combustible fósil. Pero además de poder autosatisfacer la demanda, vamos a poder exportar hidrógeno al exterior. España va a poder exportar hidrógeno a otros países, especialmente al norte de Europa.

La segunda oportunidad, es que España se va a poder convertir en un concentrador de hidrógeno renovable. Vamos a recibir hidrógeno renovable, procedente del Sur del Mediterráneo y desde Latinoamérica. Va a entrar por España, y desde España va a ser distribuido al resto de Europa.

La tercera oportunidad, está en la fabricación, en la producción industrial. En España tenemos una gran tecnología en los centros de investigación que puede ser trasladada a las empresas. Tenemos empresas con capacidad para fabricar electrolizadores, compresores, sistemas de almacenamiento de hidrógeno, tuberías para transporte y distribución, etc. Las empresas españolas ya están exportando todo tipo de equipos. España va a poder desarrollar plantas de producción de hidrógeno tanto en nuestro país, como en el extranjero.

¿Qué cantidad genera España y cuáles son los principales usos a los que se destina este tipo de hidrógeno?

Actualmente, la cantidad de hidrogeno verde que se produce en España es muy baja. Las 500.000Tn que nuestro país produce y utiliza cada año son fósiles y se utilizan como un producto para las industrias del refino, del metanol o del amoniaco.

Lo que se pretende con las nuevas producciones de hidrógeno renovable, es en primer lugar, sustituir todo el hidrógeno fósil que se utiliza en la industria por hidrógeno verde, y además empezar a darle otros usos energéticos como combustible alternativo, en el transporte, en los hogares, en la industria, como sustituto del gas natural, de la gasolina, del carbón… Pero, para ello, es necesario poder salvar una serie de barreras que actualmente ralentizan el despliegue del hidrógeno renovable.

¿Cuáles son estas barreras que están impidiendo un despliegue más ágil del hidrógeno verde y como deberían ayudar los fondos Next Generation?

La primera de las dos grandes barreras existentes que habría que salvar es la falta de infraestructura y la segunda es la falta de regulación. Necesitamos ponernos de acuerdo en qué es el hidrógeno renovable, quién lo puede producir y cómo, cómo se va a transportar y a comercializar…  Cuando importemos hidrógeno de otros países, cómo sabremos que es renovable y de qué manera va a competir con el hidrógeno producido en Europa o en España, etc. Todo esto está pendiente de una regulación tanto en Europa como en los distintos Estados Miembro de la Unión Europea.

En cuanto a los fondos Next Generation tienen que servir para ayudar a salvar las barreras actuales. Aparte del tema regulatorio, los fondos tienen que permitir el despliegue de la infraestructura inicial de hidrógeno, tanto de las plantas de producción de hidrógeno verde, como de transporte y distribución. Incluso, de estaciones de servicio que permitan repostar vehículos con hidrógeno, o sistemas que permitan utilizar hidrógeno en las industrias, o en nuestros hogares.  Los fondos Next Generation deberían colaborar en el desarrollo de dicha infraestructura.

De las 3 oportunidades relacionadas con el hidrógeno, su producción, transporte y fabricación de equipos, los fondos tienen que ayudar a impulsar el desarrollo de todas ellas: producir las primeras plantas de hidrógeno, desplegar la infraestructura necesaria para el transporte y, en cuanto a la fabricación, dar capacidades a los centros de investigación para que transfieran conocimiento a las empresas, y a las empresas para que continúen liderando la fabricación de equipos.