El proyecto de investigación TRAP estudia cómo facilitar la depuración y el aprovechamiento de las aguas residuales de la industria petroquímica.

Las aguas residuales procedentes de la industria petroquímica tienen una composición de alta complejidad, a base de compuestos orgánicos volátiles, petróleo, aceites, grasas y una alta demanda química de oxígeno. Estas características dificultan su proceso de depuración y la derivación de lodos para producir biogás. Sin embargo, existe una gran oportunidad ambiental y energética en su depuración y aprovechamiento como biogás, por lo que este campo ha protagonizado diversos trabajos de investigación en los últimos años a nivel mundial.

En este contexto, Facsa, empresa privada de gestión del agua, lidera un proyecto de investigación (TRAP) que estudiará cómo facilitar dicha depuración, así como el aprovechamiento del proceso para generar productos de valor añadido, biogás incluido.

El trabajo se llevará a cabo durante los próximos tres años con la cofinanciación del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI). El desarrollo de TRAP “permitirá reducir el consumo energético derivado del propio proceso de tratamiento, así como producir biogás a partir de las aguas residuales”. El nuevo sistema de tratamiento anaerobio que se empleará “contribuirá a minimizar el volumen de reactor y, al mismo tiempo, garantizará la estabilidad del sistema biológico de depuración”, afirman desde Facsa.

Tanto Facsa como los otros dos socios de TRAP, la Universitat Jaume I de Castelló (UJI) y la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), tienen amplia experiencia dentro de la investigación para mejorar la producción de biogás y biometano. Desde 2012 los tres socios han participado individualmente en proyectos como el LIFE Sto3re, el Sludge4Energy o la investigación BiogásPlus. Estas y otras iniciativas han permitido mejorar considerablemente los procesos de obtención de biogás y su valorización, así como en la eliminación de patógenos y microcontaminantes. Siempre con el objetivo de reducir al máximo los lodos generados, así como su poder contaminante, y obtener el máximo de energía posible de manera limpia.

El proyecto TRAP continuará esta trayectoria investigadora para seguir construyendo una economía circular y contribuyendo a la descarbonización.

Fuente: Diario Energías Renovables