La energía renovable generada a partir de los residuos orgánicos en el Parque Tecnológico de Valdemingómez servirá para mover el transporte público madrileño, tras el acuerdo entre la Empresa Municipal de Transportes de Madrid y el Área de Medio Ambiente y Movilidad.

Gracias a este convenio suscrito por ambas entidades, y con la participación de PreZero, la empresa que se encarga de gestionar la Planta de Tratamiento de Biogás (PTB) en la que se produce el biometano, así como de la comercializadora Axpo, la energía generada por los residuos orgánicos de Madrid se utilizará para suministrar, al menos, 6 Gwh de biometano a la flota de GNC de EMT en un año. Este volumen serviría para abastecer anualmente a una línea con una dotación de cerca de veinte autobuses, es decir, unas características operacionales similares a la línea circular C1. Se trata de una de las más potentes de toda la red municipal con más de 1 millón de kilómetros realizados y 4,43 millones de viajeros transportados en 2021.

El acuerdo tiene una duración inicial hasta el 31 de diciembre de 2023 y podrá prorrogarse por períodos anuales hasta un máximo de cuatro años. El convenio establece, además, la prestación de apoyo entre ambas organizaciones, así como el intercambio de información y experiencia en el ámbito de la colaboración y la coordinación en actuaciones de comunicación para la divulgación del proyecto y el fomento de las energías renovables.

Gracias a su carácter innovador y sostenible, el proyecto ha recibido en el año 2022 una subvención de 285.000 euros del Foro de Empresas por Madrid, la plataforma público-privada para el desarrollo de proyectos empresariales en la capital.

Biogás, minimización del impacto de la gestión de los residuos

El Parque Tecnológico de Valdemingómez, que generaba un total de 103 Gwh térmicos de biometano al año, ha aumentado recientemente su capacidad de producción hasta, al menos, 180 Gwh gracias a la intervención de PreZero, empresa que gestiona la Planta de Tratamiento de Biogás.

Para conseguirlo, los residuos del cubo marrón son sometidos a un proceso de digestión anaerobia (tratamiento de la materia orgánica en ausencia de oxígeno) que permite generar biogás que posteriormente se depura hasta su consideración como biometano en la PTB y se inyecta en la red gasista de transporte. Todo el proceso está altamente automatizado y permite avanzar en el cumplimiento de los retos de reciclaje y reducción del vertido que recogen las directivas europeas en el marco del planteamiento de la economía circular. Gracias a este proceso, se minimiza el impacto de la gestión de estos residuos y se evita la emisión de gases de efecto invernadero y de malos olores. El proceso, desde la recepción de la materia orgánica en la planta, hasta la producción del biometano, se realiza en naves confinadas con modernos sistemas de desodorización (biofiltro avanzado de última generación), que permiten minimizar el impacto de olores del proceso.