«La transición energética es uno de los mayores retos a los que se enfrenta nuestra sociedad y para alcanzar los ambiciosos objetivos de descarbonización será necesario utilizar todo tipo de tecnologías energéticas de origen renovable»

miciudadatodogas entrevista a María Luisa Castaño, Asesora de la Dirección General del CIEMAT (Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas)

 ¿Qué papel considera tienen los gases renovables en la transición energética?

La transición energética es uno de los mayores retos a los que se enfrenta nuestra sociedad y para alcanzar los ambiciosos objetivos de descarbonización será necesario utilizar todo tipo de tecnologías energéticas de origen renovable. Los gases renovables, biogás, hidrógeno renovable, o cualquier otro gas combustible de origen renovable, son parte de la solución y están destinados, principalmente, a cubrir las necesidades de aquellos sectores de difícil electrificación. En el caso particular del biometano, cuyo potencial en España es de 34 TWh, de acuerdo con datos del Instituto de Diversificación y Ahorro Energético (IDAE), podría desplegarse en la infraestructura existente de manera rápida y competitiva, llegando a sustituir hasta un 32% de la actual demanda de gas natural.

¿Cuáles son las principales barreras tecnológicas, económicas y regulatorias que impiden un despliegue más rápido de estos gases verdes?

La tecnología de digestión anaerobia para la obtención de biogás es una tecnología madura, con múltiples ejemplos en Europa. No así en España donde su implantación ha sido, hasta la fecha, testimonial. El apoyo por parte de las administraciones a este tipo de tecnologías ha sido hasta ahora muy tibio. Sin embargo, la reciente Hoja de Ruta del Biogás, el Real Decreto que establece las garantías de origen del gas renovable o la convocatoria de Proyectos Singulares de Instalaciones de biogás producido a través de digestión anaerobia, son señales que indican un cambio de tendencia.  No obstante, el establecimiento de objetivos vinculantes ambiciosos, un marco regulatorio y fiscal junto con la simplificación de los procedimientos administrativos son esenciales para su despliegue.

Por su parte, el hidrógeno renovable necesita más desarrollo tecnológico para reducir los costes de generación. Además, el despliegue requiere de una infraestructura específica, así como dispositivos tecnológicos para su uso tanto industrial como en transporte pesado, más allá de la generación eléctrica a través de pilas de combustible.

A menudo se hace referencia a la economía del hidrógeno, pero ¿qué es exactamente?

Se entiende por economía del hidrógeno al modelo económico transformador de nuestra economía, actualmente basado en el uso de combustibles fósiles, para sustentarlo en sistemas energéticos que utilizan el hidrógeno como vector energético.

El uso de hidrógeno renovable como base tiene la ventaja de ser un combustible con cero emisiones de CO2, almacenable y que podría ser utilizado bien para producir electricidad o bien como combustible directamente. Su uso implica un cambio profundo de los dispositivos tecnológicos para aplicaciones domésticas, industriales y en transporte pesado sistemas de almacenamiento, así como una infraestructura de despliegue y capilaridad especifica.

 

¿Qué papel debe jugar este vector energético en la descarbonización, especialmente de la industria y del transporte pesado?

El proceso de descarbonización, como objetivo global de la Transición Energética, está implicando mayoritariamente una elevada penetración de fuentes de energía renovable en el sistema eléctrico y una electrificación de la movilidad, entre otros sectores. Sin embargo, existen sectores de muy difícil electrificación, por ejemplo, el sector industrial con elevada necesidad de calor, el transporte pesado por carretera, el marítimo y la aviación. En estas circunstancias, la utilización de gases energéticos de origen renovable, con bajas o nulas emisiones de CO2, capaces de aportar soluciones de calor y propulsión es una posibilidad prometedora.

La hibridación de sistemas de generación de hidrógeno renovable con el uso del hidrógeno como combustible son líneas de acción que se están desarrollando en diferentes territorios, los llamados valles de hidrogeno, que tratan de dar solución específica a un sector concreto.

¿Qué proyectos de investigación se están desarrollando desde el CIEMAT relacionados con la cadena del valor de los gases renovables?

CIEMAT, como centro de referencia en tecnologías energéticas, va adaptando sus líneas de investigación a las tendencias del momento. En material de Biogás trabaja, principalmente, en la etapa de purificación, lo que se denomina upgrading, para eliminar del biogás otros gases contaminantes y convertirlo en biometano, utilizable combinado o en sustitución de metano convencional.

En el caso del hidrogeno, CIEMAT trabaja en la generación de hidrogeno a través de procesos termoquímicos a alta temperatura, en sistemas novedosos de almacenamiento de este hidrógeno, así como su utilización a través de pilas de combustible. Un aspecto muy relevante de esta investigación es la producción de hidrógeno utilizando diferentes fuentes de energía renovable y la integración de estos sistemas de generación de energía, aspecto que va a necesitar especial atención a medida que aumente el número de fuentes de energía en el sistema energético.